COMUNICACIÓN ORAL | 24 noviembre 2021, miércoles | Hora: 15:00
AUTORES
Castillo Triviño, Tamara 1; Pascual Carrascal, Daniel 2; Echavarría Íñiguez, Ana 2; Otano Martínez, Maria 3; Martínez Martínez, Laura 3; Arruti González, Maialen 1; Ferreira González de Viñaspre, Eva 4; Sánchez Menoyo, Jose Luis 5; Álvarez de Arcaya Esquide, Amaya 4
CENTROS
1. Servicio de Neurología. Hospital Donostia-Donostia Ospitalea; 2. Servicio de Neurología. Hospital Universitario de Burgos; 3. Servicio de Neurología. Complejo Hospitalario de Navarra; 4. Servicio de Neurología. Hospital Universitario de Araba; 5. Servicio de Neurología. Hospital Galdakao-Usansolo
OBJETIVOS
Describir la eficacia y la seguridad de alemtuzumab para pacientes con EM en práctica clínica.
MATERIAL Y MÉTODOS
Estudio observacional multicéntrico de pacientes con EM tratados con alemtuzumab en cinco hospitales del Noreste de España.
RESULTADOS
Se incluyen 49 pacientes (67% mujeres), 41 EMRR y 8 EMSP (edad al inicio de tratamiento de 37.7 años [±9.1], evolución de enfermedad de 12.4 años [±6.8]). El seguimiento es de 3,6 años (±1.3). El 63% de los pacientes venían de tratamientos de “segunda línea”. En EMRR, alemtuzumab redujo la ARR de 1.26 (±1.36) a 0.24 (±0.63) en el año 1 (RRR=81%, p<0.001), de 1.12 (±1.12) a 0.0 (±0.0), en el año 2 (RRR 100%, p<0.001) y de 1.1 (±1.3) a 0.1 (±0.2) en el año 3 (RRR=95%, p<0.01). La EDSS mejoró/permaneció estable en el 88-90% de los pacientes. Se objetivaron lesiones nuevas en RM-cerebral en el 21%, el 18% y el 6% de los casos (años 1, 2 y 3). Cinco pacientes recibieron un curso adicional. Los efectos adversos (EAs) durante las infusiones fueron frecuentes (88%-100%) y leves (rash, fiebre). El 35% de los pacientes tuvieron infecciones leves. Hubo cuatro EAs graves: una TBC, una neumonía por Pneumocystis jirovecci, una GEA (recuperados completamente) y un caso fatal de linfohistiocitosis hemofagocítica, todos en mujeres.
CONCLUSIONES
Alemtuzumab confirma su alta eficacia en práctica clínica. Aunque los EAs durante la infusión son frecuentes y leves, la correcta monitorización es fundamental para detectar EAs graves.