COMUNICACIÓN POSTER
AUTORES
Cegarra Sánchez, Jorge; de la Nuez González, Jesus; Lopez Santana, Alicia; García Granado, Juan Francisco; Rodríguez Santana, Juan; Relloso de la Fuente, Alejandro; Pérez Vieitez, Maria Carmen; González Hernánddez, Ayoze Nauzet
CENTROS
Servicio de Neurología. Complejo Hospitalario Dr. Negrin
OBJETIVOS
El síndrome opsoclonus-mioclonus-ataxia supone una entidad extremadamente infrecuente en el adulto, con su consecuente infradiagnóstico. El objetivo de este estudio es aportar más información sobre el mismo para así facilitar su diagnóstico.
MATERIAL Y MÉTODOS
Presentamos un estudio de un caso clínico de un síndrome de opsoclonus-mioclonus-ataxia de debut en el adulto, en este caso, una mujer de 76 años que debuta con trastorno de la marcha de meses de evolución, con empeoramiento progresivo hasta imposibilidad para la deambulación. Además, la paciente asocia movimientos involuntarios en ambas extremidades superiores, así como movimientos oculares conjugados, involuntarios y multidireccionales. Meses antes tuvo infección por SARS-CoV-2 asintomática.
RESULTADOS
Durante el ingreso se descarta lesión estructural mediante las pruebas de imagen. Así mismo, los marcadores de laboratorio infecciosos, sistémicos y tumorales son negativos. Ante el diagnóstico de síndrome de opsoclonus-mioclonus-ataxia, se realiza estudio que descarta neoplasia oculta. Se inicia tratamiento inmunosupresor con corticoides, sin apreciar mejoría clínica, escalando a ciclo de inmunoglobulinas y plasmaféresis y posteriormente a inmunosupresión mantenida con Rituximab.
CONCLUSIONES
En adultos, la etiología más frecuente del síndrome opsoclonus-mioclonus-ataxia es idiopática. Ante las pruebas serológicas y de imagen paraneoplásicas negativas, debe considerarse la etiología parainfecciosa, muy frecuentemente ligada a la infección por SARS-CoV-2. En esta patología resulta fundamental el diagnóstico y tratamiento precoz con inmunosupresores con vistas a un mejor pronóstico. En casos de enfermedad multifásica o refractariedad clínica, la inmunosupresión combinada mejora el pronóstico.