COMUNICACIÓN ORAL | 20 noviembre 2012, martes | Hora: 18:30
AUTORES
Purroy García, Francisco 1; Vilanova Fillat, Maria Belen 2; Sanahuja Montesinos, Jordi 1; Benabdelhak , Ikram 1; Setó Gort, Eloisa 1; Piñol Ripoll, Gerard 3; Quílez Martínez, Alejandro 1; González Mingot, Cristina 1; Boix Codony, Marc 1; Gil Villar, Maria Pilar 1; Brieva , Luis 1; Suárez Luis, Idalmis 1
CENTROS
1. Servicio de Neurología. Hospital Universitari Arnau de Vilanova de Lleida; 2. Servicio: Medicina de Familia y Comunitaria. CAP Mollerusa; 3. Servicio de Neurología. Hospital Santa María
OBJETIVOS
Existen pocos estudios realizados en pacientes con un ataque isquémico transitorio (AIT) que analicen el riesgo de aparición de episodios vasculares extracraneales (EVE). En este estudio nos proponemos descubrir predictores clínicos de EVE (cardiopatía isquémica [CI] y arteriopatía periférica [AP]) así como validar escalas pronósticas publicadas previamente.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se incluyeron de forma prospectiva a 530 pacientes con AIT (entre 2006 y j 2011). Todos fueron seguidos durante un mínimo de 6 meses (mediana 30 meses). Se registraron variables clínicas y diagnósticas. Se calcularon las principales escalas pronósticas: CHADS2, CHADS2-VASC, ABCD2, ABCD3I, California Risk score, Essen Stroke risk score y Stroke Prognosis Instrument-II
RESULTADOS
31 (5,9%) pacientes sufrieron un EVE (22 CI y 9 AP) y 63 (11,9%) una recurrencia de ictus. Mediante el análisis del área bajo la curva, se observó una baja capacidad pronóstica de las escalas clínicas (valores entre 0,60 y 0,70). La incidencia de EVE no varió entre los diferentes subtipos etiológicos. Mediante el análisis multivariado se detectaron los siguientes predictores de EVE: alcoholismo (Hazard Ratio [HR] 3,66; 1,10-12,13, p=0,034), dislipemia (DLP) (HR 3,77; 1,84-7,72, p<0,001), déficit motor (HR 1,73; 1,20-2,50) y la presencia de placas ateromatosas (HR 1,29; 1,07-1,56, p=0.007)
CONCLUSIONES
La capacidad pronóstica de las escalas clíncas previas para predicir EVE es baja. Se necesitan crear nuevos paradigmas pronósticos que seguramente incluyan datos ecográficos y la inclusión de variables clínicas como la DLP y el alcoholismo