COMUNICACIÓN POSTER
AUTORES
Gil Sánchez, Anna 1; González Mingot, Cristina 2; Peralta Moncusí, Silvia 2; Guiu Badia, Blanca 2; Valls Marsal, Joan 3; Gonzalo Benito, Hugo 2; Lacasa Andrade, Maria Eugenia 4; Quilez Martínez, Alex 2; Gil , Maria Pilar 2; Brieva Ruíz, Luis 2
CENTROS
1. Servicio: Neuroinmunología Clínica. Institud de Recerca Biomèdica de Lleida; 2. Servicio de Neurología. Hospital Universitari Arnau de Vilanova de Lleida; 3. Servicio: Medicina. Hospital Universitari Arnau de Vilanova de Lleida; 4. Servicio: Neurofisiología Clínica. Hospital Universitari Arnau de Vilanova de Lleida
OBJETIVOS
Mejorar la evaluación de la espasticidad a través de diferentes escalas y determinar si otros factores pueden alterar el resultado de la medición.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se incluyeron un total de 30 pacientes con esclerosis múltiple (EM) que manifestaron síntomas objetivos y/o subjetivos de espasticidad, estables durante al menos los últimos tres meses, y se evaluaron para diferentes características: tono y resistencia muscular, calidad de sueño, fatiga, emoción y cognición a través de las siguientes escalas y test: Ashworth, Tardieu, MSSS-88, PSQI, FSS, HAD, SATAI, BDI y PASAT. También se midió la discapacidad con la Expanded Disability Status Scale (EDSS) y el Deambulation Index (DI) y se realizaron los análisis estadísticos correspondientes.
RESULTADOS
Todas las escalas de medida de espasticidad correlacionaban entre ellas. No hubo diferencias entre los pacientes que mostraron mayor y menor grado de espasticidad en relación a otros fenómenos como calidad del sueño, fatiga, emoción, y cognición mientras que sí se observó una relación significativa entre el grado de espasticidad y el aumento en las escalas de discapacidad EDSS y DI (r = 0,796 y r = 0,783).
CONCLUSIONES
No hay relación entre la espasticidad y otros factores, por lo que las herramientas habituales son de utilidad y además el aumento de la espasticidad no empeora estos síntomas. Sí que se observa una clara asociación entre espasticidad y puntuaciones de discapacidad física, por lo que los síntomas físicos pueden aumentar las quejas de espasticidad y deben tenerse en cuenta en su evaluación.