COMUNICACIÓN ORAL | 16 noviembre 2016, miércoles | Hora: 08:00
AUTORES
Guijarro Castro, Cristina 1; Caminero Rodríguez, Ana Belen 2
CENTROS
1. Servicio de Neurología. Subdirección General de Formación y Ordenación Profesional. Ministerio de Sanidad.; 2. Servicio de Neurología. Hospital Nuestra Señora de Sonsoles
OBJETIVOS
Cervantes y Shakespeare describieron con gran precisión numerosas enfermedades neurológicas en sus obras. En el Renacimiento se pensaba que el sueño era un estado de inactividad cerebral, similar a la muerte y que la falta del mismo podría originar alteraciones psiquiátricas.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se han analizado, tras la lectura del Quijote, Hamlet, Macbeth, Othello, Enrique IV y Ricardo III, las descripciones de trastornos del sueño, que van desde el insomnio (Quijote, Othello, Hamlet), la apnea del sueño (Enrique IV), la siesta (Quijote), los sueños vívidos (Quijote) , las parasomnias en Othello y Macbeth (parasomnias sexuales, confusión del despertar, sonambulismo y terrores nocturnos), al trastorno de conducta en fase REM (RBD) en Don Quijote (episodio de los cueros de vino: I-XXXV) y en Ricardo III (sueño donde se aparecen sus víctimas, coge la espada, y ve que está soñando)
RESULTADOS
Se ha especulado sobre si Shakespeare padecía insomnio, dado su profundo conocimiento de los trastornos del sueño. Algunos autores los consideran los primeros neurólogos renacentistas. Cervantes era familiar de varios facultativos y se debió basar en el Elogio de la locura de Erasmo de Rotterdam, para describir la locura positiva de Don Quijote y probablemente ambos leyeron Examen de ingenios para las ciencias, de Juan Huarte de San Juan, para documentarse. Charcot utilizó la obra de Shakespeare en la docencia de Neurología.
CONCLUSIONES
La aportación a la neurología de ambos literatos fue la descripción precisa de multitud de trastornos del sueño, adelantándose cuatro siglos a la sistematización de los mismos.