COMUNICACIÓN POSTER
AUTORES
Guzmán Fernández, Maria Altagracia 1; González Hernández, Ayoze 2; Cabrera Naranjo, Fernando 3; Fabre Pi, Oscar 3; Miranda Bacallado, Yesica 3
CENTROS
1. Servicio de Neurología. Hospital San Roque Maspalomas; 2. Servicio de Neurología. Hospital San Roque Las Palmas de GC; 3. Servicio de Neurología. Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín
OBJETIVOS
La oclusión aguda de la arteria basilar es rara, representando el 1% del total de ictus isquémicos y sin tratamiento puede tener un pronóstico infausto.
MATERIAL Y MÉTODOS
Mujer de 55 años, fumadora, sin otros antecedentes de interés, que 3 días antes del ingreso comenzó con cefalea hemicraneal derecha, síndrome vertiginoso, disatria y pérdida de fuerza en el miembro superior derecho (MSD). A la exploración neurológica presentaba disatria, síndrome de Horner derecho, parálisis facial derecha, paresia en MSD con balance 4/5 (resto 5/5), hipoestesia en hemicuerpo derecho, dismetría dedo-nariz bilateral y marcha atáxica (NIHSS: 7).
RESULTADOS
Resonancia magnética (RM) cerebral: infartos isquémicos agudos en región occipital derecha, protuberancial inferior, en el bulbo derecho y en ambos hemisferios cerebelosos. Angio RM arterial cerebral: Obstrucción prácticamente completa de la arteria basilar hasta la bifurcación y trombosis completa de la arteria vertebral derecha Arteriografía cerebral: Oclusión completa de la arteria vertebral derecha a partir de su segmento V3 y oclusión de la arteria basilar en su tercio distal. No signos de vasculitis El estudio de autoinmunidad, ecocardiograma y Holter fueron normales. Ante la sospecha de una disección vertebral se inicio anticoagulación con heparina sódica intravenosa y posteriormente se pasó a anticoagulación oral. Tras 6 meses del evento vascular la paciente está asintomática (ERm: 0).
CONCLUSIONES
A pesar de que la trombosis de la arteria basilar tiene un mal pronóstico general, en ocasiones puede observarse una buena evolución clínica. La ausencia de trastorno del nivel de conciencia, diplopia, signos de afectación bulbar o tetraparesia son indicadores de buen pronóstico.