COMUNICACIÓN POSTER
AUTORES
Criado Antón, Alvaro; Zunzunegui Arroyo, Patricia; Díaz Castela, Manuel; Vargas Mendoza, Andrea Katherine; López López, Begona; Molina Gil, Javier; Suárez Huelga, Celso; López Peleteiro, Antia; Moris de la Tassa, German
CENTROS
Servicio de Neurología. Hospital Universitario Central de Asturias
OBJETIVOS
Desde los textos neuroanatómicos desarrollados por personalidades como Thomas Willis a finales del siglo XVII, pasando por las descripciones de Charcot a finales del XIX en el hospital de La Salpêtrière y las microscópicas de Cajal, y culminando la categorización del estrés postraumático tras las guerras mundiales, la neurología y la psiquiatría se fueron distanciando, llegando hasta formar sociedades distintas en Estados Unidos a inicios del siglo XX.
MATERIAL Y MÉTODOS
Continuaron entonces caminos separados, creando maneras completamente distintas de enfocar y diagnosticar a un paciente “enfermo de un mismo conjunto de órganos”, el sistema nervioso. ¿Es esto lo correcto o miraremos hacia atrás perplejos, como cuando el enfermo epiléptico era castigado por numerosas deidades?
RESULTADOS
La respuesta la tenemos en los últimos años del siglo XX y estos inicios del siglo XXI. El descubrimiento de entidades como las cada vez más amplias encefalitis autoinmunes, que cambian de cabecera y pronóstico a pacientes previamente dejados a la suerte, o los avances en el tratamiento de los trastornos neurológicos funcionales, marcan el inicio de la convergencia entre la neurología y la psiquiatría.
CONCLUSIONES
Será díficil, pero actualmente entre la mayoría de neurológos hay un acuerdo general en que, en los próximos años, enfermedades como la esquizofrenia, con una base neuropatológica tan evidente a nivel de lóbulo frontal y vías dopaminérgicas, obligarán a un estudio neurológico completo en los primeros episodios psicóticos (como hacen actualmente en Alemania) y esperemos que finalmente terminen en un tratamiento para estos pacientes y en el trabajo conjunto entre psiquiatras y neurólogos.