COMUNICACIÓN POSTER
AUTORES
Rigual Bobillo, Ricardo 1; Díaz Bonete, Lucia 2; Lacruz Ballester, Laura 2; Martín Montes, Angel 2; Fuentes Gimeno, Blanca 2; Frank García, Ana 2
CENTROS
1. Servicio de Neurología y Centro de Ictus. Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz – IdiPAZ (Hospital Universitario La Paz – Universidad Autónoma de Madrid); 2. Servicio de Neurología. Hospital Universitario La Paz
OBJETIVOS
La infección por COVID-19 se asocia frecuentemente a síntomas neurológicos que pueden persistir fuera de la fase aguda. Este estudio pretende caracterizar la sintomatología neurológica tras la infección COVID-19 y su relación con la evolución clínica, la gravedad de la infección y la existencia de demostración microbiológica.
MATERIAL Y MÉTODOS
Estudio de cohortes retrospectivo de pacientes con antecedentes de infección COVID-19 y sintomatología neurológica atendidos en una consulta monográfica de Neurología desde noviembre de 2020 hasta enero de 2022.
RESULTADOS
Se revisaron 189 pacientes, 122 mujeres. El 54,5% se infectó en la primera ola y en el 74,6% las pruebas microbiológicas fueron positivas. En el 51,9% los síntomas fueron leves. Los síntomas neurológicos más frecuentes fueron cefalea (59,8%) y sintomatología cognitiva (57,1%). Únicamente 24 pacientes presentaban mala evolución en la segunda revisión, asociándose a síntomas cognitivos (70,8% vs 43,5%, p=0,001), sensitivos (41,5% vs 24,6%, p=0,037) y psiquiátricos (41,5% vs 21,7%, p=0,014), así como la infección en la primera ola (67,7% vs 47,8%, p=0,02). Los pacientes no hospitalizados presentaron más síntomas neurológicos, predominando la cefalea (76,5% vs 44,8% y 33,3%, p<0,001. Los pacientes sin demostración microbiológica presentaron más síntomas neurológicos durante la infección y más cefalea en el seguimiento (77,1% vs 53,9%, p=0,005).
CONCLUSIONES
Los síntomas neurológicos post-COVID-19 son frecuentes incluso en pacientes con una infección leve, destacando la cefalea y los síntomas cognitivos. Sin embargo, la mayoría presentó una buena evolución, siendo posibles marcadores de peor evolución clínica la infección en la primera ola y la sintomatología cognitiva, sensitiva y psiquiátrica.