COMUNICACIÓN ORAL | 24 noviembre 2017, viernes | Hora: 15:30
AUTORES
Solanas Letosa, Elvira 1; Álvarez Noval, Amanda 2; Hernández Rodríguez, Jorge 2; Lara Lezama, Lidia Binela 2; Rodrigo Stevens, Gabriela 2; Tejada García, Javier 2; Fernández López, Jose Felix 2; Balboa Arreguí, Oscar 3; Fernández Martínez, Ana Maria 3
CENTROS
1. Servicio de Neurología. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa; 2. Servicio de Neurología. Complejo Asistencial Universitario de León; 3. Servicio: Radiología. Complejo Asistencial Universitario de León
OBJETIVOS
Las fístulas arteriovenosas espinales durales (FAVEd) son una entidad infrecuente. Representan el 3% de las lesiones espinales pero son el tipo de malformación arteriovenosa medular más frecuente. Revisamos las características clínicas y radiológicas de una serie de pacientes así como su evolución tras tratamiento.
MATERIAL Y MÉTODOS
Presentamos una serie retrospectiva de 6 casos diagnosticados y tratados entre 2013 y 2016 en nuestro hospital.
RESULTADOS
Se observó un predominio del sexo masculino (66.6%) y una edad media de 61.33 años. En 2 de ellos hubo un desencadenante traumático. El síntoma inicial más frecuente fue monoparesia (2), seguido de lumbalgia (1), hipoestesia de miembros inferiores (1), marcha atáxica (1) y un caso de mielopatía severa de inicio brusco. El tiempo medio entre inicio de síntomas y diagnóstico fue 1 año. La RMN fue sugerente de FAVEd en los 6 casos, confirmándose por arteriografía medular en todos ellos. En los 6 casos la fístula estaba a nivel dorsolumbar, siendo L3 la más frecuente. Cuatro de los pacientes fueron tratados mediante embolización, uno por cirugía y un caso requirió las dos técnicas. Tras tratamiento, 3 casos mejoraron y otros 3 permanecieron igual.
CONCLUSIONES
Las FAVEd constituyen una patología de difícil diagnóstico que cursan con una clínica variada e insidiosa. Debe sospecharse en casos de mielopatía progresiva o de inicio subagudo. Para su detección es importante la realización de una RMN medular que mostrará vasos tortuosos, alteración de señal y engrosamiento medular, e imprescindible la arteriografía medular que confirmará el diagnóstico. Pueden tratarse mediante embolización o por cirugía.