COMUNICACIÓN ORAL | 21 noviembre 2018, miércoles | Hora: 15:30
AUTORES
Cacabelos Pérez, Purificacion 1; Pías Peleteiro, Juan 1; Jimenez , Isabel 1; Sobrino , Tomas 2; Campos , Francisco 3; Aldrey , Jose Manuel 1
CENTROS
1. Servicio de Neurología. Complexo Hospitalario Universitario de Santiago; 2. Laboratorio de Investigación de Neurociencias Clínicas (LINC). Complexo Hospitalario Universitario de Santiago; 3. Laboratorio Investigacion de Neurociencias Clinicas (LINC). Complexo Hospitalario Universitario de Santiago
OBJETIVOS
La atrofia cortical posterior (ACP) es un síndrome clínico crónico, progresivo con afectación precoz de funciones visuoespaciales debido a neurodegeneración. La heterogeneidad de sus manifestaciones clínicas dificulta el diagnóstico. Describimos las características de una serie de pacientes con ACP y valoramos la utilidad de la determinación de proteínas beta- amiloide y tau en LCR.
MATERIAL Y MÉTODOS
Presentamos 23 pacientes derivados a la Unidad de Demencias por deterioro cognitivo y que presentaban características clínico- radiológicas de ACP. Obtuvimos muestras de sangre (10) y LCR (6) para determinación de Aß 1-42, t-Tau, p-Tau utilizando kits de inmunodiagnóstico INNOTEST de Fujirebio.
RESULTADOS
Predominio femenino (74%), edad media: 60 años. Tiempo medio en acudir: 27,6±10,3 meses. En el examen neurológico y neuropsicológico, además de la disfunción de áreas posteriores en todos los pacientes, observamos: alteración mnésica (40%), del lenguaje (43%), parkinsonismo (23%). En todos se realizó neuroimagen estructural (61% RMN cerebral) y en 70% funcional con PET cerebral. Estudio de LCR: Aß 1-42 (pg/ml) < 638 (381,0- 464,8), t- Tau (pg/ml)> 375 (378,2-1334,9) y p-Tau (pg/mL)> 52,3 (63,5-119,8). Seguimiento: 4 ±2,3 años. 6 pacientes fallecieron. De los supervivientes, 72% presenta GDS-6. El 61% requiere neurolépticos por intenso trastorno de conducta.
CONCLUSIONES
En nuestra muestra todos los pacientes analizados presentaban en LCR un perfil de biomarcadores característico de E. Alzheimer. Mejorar la precisión en el diagnóstico conlleva un mejor manejo de este grupo de pacientes, especialmente frágiles por su edad, la elevada presencia de trastorno de conducta y dependencia precoz.