COMUNICACIÓN ORAL | 22 noviembre 2019, viernes | Hora: 15:30
AUTORES
Guijarro Castro, Cristina 1; Gómez Romero, Lourdes 2; Gómez Moreno, Isabel 2; Herreros Ruiz-Valdepeñas, Benjamin 3
CENTROS
1. Servicio de Neurología. Subdirección General de Formación y Ordenación Profesional. Ministerio de Sanidad.; 2. Servicio de Neurología. Hospital General Virgen de la Luz; 3. Servicio: Facultad de CC Biomédicas y de la Salud. Universidad Europea de Madrid
OBJETIVOS
El envenenamiento por plomo (saturnismo) se conoce desde el antiguo Egipto. Se ha llegado a afirmar que fue una de las causas de la caída del Imperio Romano. Produce trastornos digestivos, hematológicos y neurológicos, como la encefalopatía saturnina: irritabilidad, vértigo, ataxia, bajo nivel de conciencia, pudiendo dejar secuelas como sordera, epilepsia, alteraciones cognitivas y ceguera.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se ha revisado la literatura histórica y médica al respecto. Se describió por primera vez en el Corpus Hipocraticcus, sin embargo, Nicandrus de Colophon fue el primero en describir concienzudamente, las manifestaciones clínicas de esta enfermedad. Pablo de Egina (sVII d.C.) describe la primera epidemia de saturnismo. En la Edad Media el uso de plomo disminuye hasta el Renacimiento, donde afecta principalmente a pintores, forjadores de metales y mineros. Se adquiere por ingesta o exposición ambiental.
RESULTADOS
La exposición ambiental en pintores o locura del pintor, pudo afectar a Miguel Angel, Caravaggio, Rubens, Goya, Fortuny, Van Gogh, Renoir, Dufy, Klee, Frida Kahlo y Portinari, e incluso compositores como Beethoven y Handel. No ha sido tan estudiado el saturnismo por el maquillaje con albayalde (carbonato de plomo) y creemos que mujeres ilustres como las reinas Isabel y Ana Estuardo de Inglaterra, o nuestra Cayetana, duquesa de Alba, pudieron sufrir saturnismo, al igual que Enrique VIII de Inglaterra, por ungüento de albayalde en las piernas para infecciones. En 1877 murió Maggie Angeloglou, por el maquillaje “Flor de juventud”
CONCLUSIONES
El saturnismo no es una cosa del pasado. En la actualidad sigue siendo una enfermedad laboral a tener en cuenta.