COMUNICACIÓN ORAL | 01 diciembre 2020, martes | Hora: 15:00
AUTORES
Cabrera Muras, Antonio 1; Kapetanovic García, Solange 1; Barreras García, Ane 2; Collía Fernández, Alejandra 1; López Rodríguez, Eva 2; López Muga, Juan Jose 3; García-Moncó Carra, Juan Carlos 1
CENTROS
1. Servicio de Neurología. Hospital de Basurto; 2. Servicio de Neurocirugía. Hospital de Basurto; 3. Servicio: Radiología. Hospital de Basurto
OBJETIVOS
Las lesiones destructivas de línea media inducidas por cocaína (CIMDL) constituyen una complicación infrecuente secundaria al consumo crónico de esta droga esnifada. Presentamos un caso de CIMDL con complicación infecciosa.
MATERIAL Y MÉTODOS
Varón, 47 años, consumidor crónico de cocaína esnifada y alcohol. Acude por cuadro progresivo de >6 meses de evolución que cursa con deterioro cognitivo-conductual, insomnio, empeoramiento del estado general, pérdida ponderal y aumento del consumo de cocaína. En la valoración inicial presenta alteración cognitivo-conductual de perfil frontal aislado. En el estudio de RM cerebral se objetiva importante leucopatía frontal bilateral con signos de lesión destructiva de línea media, asociando empiemas subdurales, abscesos frontales y realce meníngeo. En estudio analítico; cANCAs+(1/80). No se detectó enfermedad neoplásica o sistémica asociada. Se opta por tratamiento conservador con antibiótico-terapia empírica (Ceftriaxona 2g/24.iv+Metronidazol 500mg/8h.vo) y Dexametasona 12 mg/24. La respuesta clínico-radiológica al tratamiento antibiótico (6 semanas) y corticoideo fue favorable con marcada mejoría cognitiva-conductual. Se completó el estudio con abordaje multidisciplinar, destacando la intervención psiquiátrica para deshabituación y de Neurocirugía, sin precisar finamente abordaje quirúrgico.
RESULTADOS
Las características clínicas, de imagen y analíticas, orientan al diagnóstico de CIMDL, habiendo descartado otros cuadros de similar presentación como la Granulomatosis con Poliangeítis (entre otros).
CONCLUSIONES
Las CIMDL son complicaciones infrecuentes de etiopatogenia desconocida. Sus características clínicas, radiológicas y analíticas mimetizan las de otras enfermedades sistémicas (vasculitis), lo que dificulta el diagnóstico. El tratamiento más efectivo es el abandono del consumo de cocaína. En ocasiones es necesario la terapia inmunosupresora y antibiótica de las posibles sobreinfecciones.