COMUNICACIÓN POSTER
AUTORES
Gómez López, Eliot 1; Rodríguez García, Jose Manuel 1; Marín Marín, Jose 1; Martínez Navarro, Maria Luisa 1; Tomás Jiménez, Cristina 2; Pellicer Espinosa, Isabel 1; Marín Conesa, Ester 1; Martínez Zarco, Maria 1; Morales De La Prida, Moises 3; Pareja Herrero, Francisco Javier 4; Martínez De Quintana, Altea 1; Lozano Caballero, Maria Obdulia 3; Báguena Pérez-Crespo, Carlos 2; Iniesta Valera, Juan Antonio 1
CENTROS
1. Servicio de Neurología. Hospital General Universitario Reina Sofía; 2. Servicio: Medicina Interna. Hospital General Universitario Reina Sofía; 3. Servicio de Neurología. Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca; 4. Servicio de Neurología. Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín
OBJETIVOS
La pandemia por SaRS-CoV2 ha supuesto un reto diagnóstico y terapéutico para muchas especialidades. El manejo agresivo con pronación e IOT por UCI para mejorar la ventilación de estos pacientes puede producir complicaciones posteriores.
MATERIAL Y MÉTODOS
Varón de 52 años ingresado en UCI por neumonía bilateral y distress respiratorio con alta sospecha de COVID-19. Para mantener saturación adecuada en UCI se requiere IOT y pronación del paciente. Tras estabilización con medidas de pronación y tratamiento antibiótico el paciente pasa a planta de hospitalización dónde se observan lesiones abrasivas en boca y cara y se realiza interconsulta a Neurología por la presencia de ptosis palpebral izquierda (foto).
RESULTADOS
Presenta un síndrome de Horner izquierdo incompleto y una parálisis facial derecha de semiología periférica. Realizamos RMN y AngioRMN descartando disección carotidea y vertebral así como una lesión isquémica como causa del síndrome de Horner. También se realizó TC torácico para descartar lesión del ápex pulmonar. Un electromiograma nos confirmó que la parálisis facial era de origen periférico.
CONCLUSIONES
La neumonía por SaRS-CoV2 ha exigido un manejo agresivo de los pacientes en UCI para conseguir mejorar la oxigenación y con ello la supervivencia. Este manejo puede producir complicaciones mayores como disección carotidea o vertebral. No obstante el estudio vascular y de neuroimagen de nuestro paciente fue normal, siendo la hiperextensión de la cadena simpática cervical y la presión continua facial las causas del síndrome de Horner y la parálisis facial periférica respectivamente.