COMUNICACIÓN POSTER
AUTORES
González Manero, Ana Maria 1; Peinado Postigo, Felix 2; Navarro Muñoz, Santiago 2; López Perona, Esther 3; Martin Álvarez, Rocio 2; Botia Paniagua, Enrique 2
CENTROS
1. Servicio de Neurología. Complejo Hospitalario La Mancha Centro. Hospital de Tomelloso; 2. Servicio de Neurología. Hospital General La Mancha Centro; 3. Servicio de Neurología. Hospital de Tomelloso
OBJETIVOS
Las pesadillas son parasomnias relacionadas con el sueño REM. Se describen como sueños vívidos, con contenido amenazante, perturbador, desagradable, que provocan angustia, miedo o terror. Además de los síntomas emocionales conllevan sensación de opresión precordial incluso disnea.
MATERIAL Y MÉTODOS
Hasta cerca del siglo XVIII se las consideraba obra de monstruos que se sentaban sobre el pecho del durmiente. De hecho la palabra pesadilla en castellano viene de “peso” ( del latín “pensare” (sopesar o pesar) y el sufijo para diminutivo “–illa”; sería pues “pesar pequeño” u “opresión pequeña”, por su analogía con la sensación de sentir un peso en el estómago incluso con dificultad para respirar o sensación asfixiante. Dado que se producen durante el sueño REM se acompañan de la atonía característica de esta fase, que se interpretaba como posesión demoniaca del sujeto.
RESULTADOS
Su nombre en inglés (“Nightmare”) y en alemán (“Nachtmahr”) se decía que venía del nombre del caballo de Mefistófeles. Según estudios etimológicos se ha propuesto que en anglosajón proviene del vocablo del inglés medieval, compuesto por los términos “night” (noche) y “mare” ( del inglés del siglo V que se traduce como “yegua”, “lado oscuro de la luna” o “espíritu femenino malvado”), es decir significaría: 1) “yegua de la noche”, 2) “oscuridad lunar de la noche” o 3) “íncubo de la noche
CONCLUSIONES
Se estima que al menos el 70-90% de la población ha tenido como mínimo una pesadilla. Se consideran un trastorno cuando resultan disruptivas por su frecuencia, intensidad y /o afectación del descanso y bienestar del sujeto.