COMUNICACIÓN ORAL | 22 noviembre 2012, jueves | Hora: 08:00
AUTORES
Díaz Insa, Samuel 1; Mas Sesé, Gema 2; Lacruz Ballester, Laura 2; Pamblanco Bataller, Yolanda 2; Mafe Nogueroles, Maica 3; Rodrigo Pérez, Amparo 2; Soler Borrull, Asuncion 2
CENTROS
1. Servicio de Neurología. Hospital Universitari i Politècnic La Fe; 2. Servicio de Neurología. Hospital Francesc de Borja de Gandia; 3. Servicio: Medicina Interna. Hospital Francesc de Borja de Gandia
OBJETIVOS
Cada vez se le da más importancia a la sensibilización central en la cronificación de la migraña. La mayoría de tratamientos vía oral no consiguen mejorar dicha sensibilización en modelos animales o en pacientes. Sólo unos pocos fármacos han mostrado eficacia, vía intravenosa, cuando hay sensibilización central: algunos AINE’s, valproato, metoclopramida. El objetivo de nuestro estudio es analizar nuestra experiencia con estos tratamientos en pacientes ingresados.
MATERIAL Y MÉTODOS
Durante 5 años hemos usado el mismo protocolo de tratamiento intravenoso en pacientes que ingresan por Migraña Crónica con o sin abuso de medicación: Perfusión de valproato (1600-2000 mg/día, 4-5 días) + pulsos de ketorolaco y tiapride cada 8 horas en pauta decreciente, 4-5 días. Se aportan datos de eficacia, efectos adversos, tratamientos preventivos previos/posteriores y seguimiento.
RESULTADOS
52 pacientes siguieron este protocolo, 45 con Migraña Crónica con/sin abuso de medicación (33 CAM). 46 pacientes (88.5%) mejoraron ostensiblemente, la mayoría por completo (39) y 6 (11.5%) no mejoraron. El tratamiento fue generalmente bien tolerado, sólo 4 pacientes sufrieron efectos adversos relevantes, 2 con encefalopatía hiperamoniémica reversible. Algunos pacientes (10) necesitaron reingresar al cabo de +/- 1.5 años. La mayoría de pacientes estaban bien en las visitas de seguimiento y llevaban 1-2 fármacos preventivos de mantenimiento (neuromoduladores, beta-bloqueantes,…).
CONCLUSIONES
El tratamiento endovenoso hospitalario con valproato + ketorolaco + tiapride parece funcionar como buen ‘desensibilizador’ en pacientes refractarios. No suele haber efectos adversos significativos. Esta opción es una buena alternativa cuando los tratamientos ambulatorios fallan y necesitamos un manejo más ‘agresivo’ para estos pacientes complejos.