COMUNICACIÓN POSTER
AUTORES
Ruiz Ginés, Juan Antonio 1; RUIZ GINÉS, MIGUEL-ANGEL 2; HERNÁNDEZ MONEO, JOSE-LUIS 3; HERGUIDO BÓVEDA, MARIA JOSE 3; BELINCHÓN DE DIEGO, JOSE-MARIA 3; CABADA DEL RÍO, ANA 3; RIVEIRO VICENTE, LUIS-MANUEL 3; AMOSA DELGADO, MANUEL 3; HIDALGO HERRERA, VICENTE 3; PRIETO ARRIBAS, RUTH-MARIA 3; GONZÁLEZ-LLANOS FERNÁNDEZ DE MESA, FRANSCISCO 3
CENTROS
1. Servicio de Neurología. Complejo Hospitalario de Toledo; 2. Servicio: Análisis Clínicos. Hospital Virgen de la Salud; 3. Servicio de Neurocirugía. Hospital Virgen de la Salud
OBJETIVOS
El craneofaringioma es un tumor epitelial benigno, localizado a nivel de la región selar, derivado de la Bolsa de Rathke, de carácter sólido o sólido-quístico, pudiendo presentarse en dos formas, adantimomatosa y papilar. Representan, aproximadamente, del 0,5-2,5/millón de habitantes, de todos los tumores intracraneales, particularmente, la segunda de las variantes descritas. La distribución por sexos es similar y la edad más frecuente de diagnóstico se sitúa entre los 45 a 60 años. La mayoría (75%) son supraselares, comprimiendo las estructuras de su entorno, siendo la localización intraselar muy infrecuente (4%). El objetivo de esta comunicación es mostrar los casos diagnosticados y tratados en nuestro Servicio en los últimos diez años.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se recogen 10 casos, con una distribución por sexos (V:2/M:1), y una media de edad de 36 años. La clínica más frecuente fue cefalea, en relación con hipertensión intracraneal, así como trastornos visuales campimétricos, alteraciones del eje hipotálamo-hipofisario, pérdida de agudeza visual y trastornos oculomotores.
RESULTADOS
El tratamiento de elección global fue quirúrgico, consiguiéndose resección macroscópicamente completa en el 80% los casos. A nivel postquirúrgico, todos presentaron alteraciones endocrinológicas relacionadas con panhipopituitarismo, precisando de tratamiento hormonal suplementario.
CONCLUSIONES
En el manejo del paciente diagnosticado de craneofaringioma, se requiere mantener un adecuado equilibrio entre el control de la enfermedad y la menor repercusión funcional para el paciente, intentando resecar la mayor cantidad de tumor posible, reservando el tratamiento coadyuvante radioterápico o intratumoral residual (quimioterápico o radioterápico) para aquellos pacientes en quienes no fue posible la resección completa.