COMUNICACIÓN POSTER
AUTORES
Ruiz Ginés, Juan Antonio 1; RUIZ GINÉS, MIGUEL-ANGEL 2; AMOSA DELGADO, MANUEL 3; ÁLVAREZ SALGADO, JUAN-ANTONIO 3; CABADA DEL RÍO, ANA 3; HERGUIDO BÓVEDA, MARIA-JOSE 3; HIDALGO HERRERA, VICENTE 3; RIVEIRO VICENTE, LUIS-MANUEL 3; VILLASEÑOR LEDEZMA, JORGE-JAVIER 3; GONZÁLEZ-LLANOS FERNÁNDEZ DE MESA, FRANCISCO 3
CENTROS
1. Servicio de Neurología. Complejo Hospitalario de Toledo; 2. Servicio: Análisis Clínicos y Bioquímica. Hospital Virgen de la Salud; 3. Servicio de Neurocirugía. Hospital Virgen de la Salud
OBJETIVOS
El melanoma maligno es la forma más grave de cáncer cutáneo, aunque no todos se originan en la piel. El melanoma espinal primario es una lesión extremadamente infrecuente (1% del total de melanomas), derivada de los melanoblastos de la cresta neural, durante el desarrollo embriológico. Desde que Hirschberg (1906) publicó el primer caso, se han descrito, hasta la fecha, 40 nuevos casos.
MATERIAL Y MÉTODOS
Paciente de 51 años, ingresado en relación con dolor, de características inflamatorias, dorso-lumbar, de tres meses de evolución, junto con síndrome de compresión medular, de curso progresivo.
RESULTADOS
Masa paravertebral a nivel D11 y D12, infiltrativa, con extensión extradural, generando fractura patológica vertebral D12, condicionando compresión y mielopatía dorsal. Resección quirúrgica mediante corpectomía a dichos niveles, con diagnóstico anatomopatológico de melanoma primario extradural dorsal, una vez descartado el origen metastásico de la misma, mediante los oportunos estudios oncológicos de extensión.
CONCLUSIONES
El melanoma puede desarrollarse en cualquier tejido donde, potencialmente, puedan existir melanocitos. A nivel espinal, su presencia deriva de la migración de precursores (melanoblastos), desde la cresta neural, durante el desarrollo embrionario. La gran dificultad diagnóstica radica en establecer su origen primario o metastásico, para ello, sólo cuando los estudio dermatológicos, oftalmológicos y digestivos sean negativos, puede concluirse el origen primario del mismo. El tratamiento neuroquirúrgico es el electivo, recurriéndose a la radioterapia en caso de persistencia, postquirúrgica, de restos tumorales. La supervivencia es siete veces superior al melanoma cutáneo, explicándose por la ausencia de tejido linfático en el sistema nervioso y la existencia de barrera hematoencefálica.