COMUNICACIÓN ORAL | 20 noviembre 2015, viernes | Hora: 18:00
AUTORES
Serrano Castro, Pedro Jesus 1; Ramírez García, Teresa 2; García Torrecillas, Juan Manuel 3; Alonso Morillejo, Enrique 4; Perea Justicia, Patricia 2; Iglesias , Mar 2
CENTROS
1. Servicio de Neurología. Complejo Hospitalario Carlos Haya; 2. Servicio de Neurología. Hospital Torrecárdenas; 3. Unidad de Investigacion. Hospital Torrecárdenas; 4. Servicio: Dpto de Humanidades y Ciencias de la Educación. Universidad de Almeria
OBJETIVOS
Se asume que la EGI se caracteriza por la integridad de las funciones superiores del enfermo. Sin embargo, la mayoría de los fármacos antiepilépticos (FAE) pueden ocasionar déficits neuropsicológicos, existiendo diferencias significativas en función de los FAE empleados. El objetivo de este estudio es conocer el impacto diferencial que sobre la cognición tiene la utilización de Zonisamida (ZNS) como tratamiento en monoterapia en casos de EGI frente a Acido Valproico (VPA) en condiciones de práctica clínica.
MATERIAL Y MÉTODOS
Estudio observacional descriptivo retrospectivo de pacientes con EGI comparativo entre un Grupo de 8 pacientes con ZNS y otro Grupo de 8 pacientes con VPA, ambos en monoterapia. Se aplicó una batería de test que analizó: Memoria (corto plazo, largo plazo, de trabajo y aprendizaje, tanto verbal como visual), Atención sostenida y dividida, Inhibición de respuesta, Velocidad de procesamiento, Praxias visuoconstructivas, Funciones ejecutivas y Ansiedad-Depresión.
RESULTADOS
Encontramos diferencias significativas en las siguientes áreas: en Memoria de trabajo (Test de Digitos Directos; p<0,05; Digitos inversos sin diferencias) a favor de VPA; en Tiempo de ejecución de la Figura compleja de Rey a favor del grupo ZNS (13,25 grupo ZNS vs 8 grupo VPA; p=0.027). El resto de test no mostró diferencias significativas.
CONCLUSIONES
La ZNS no induce un perfil neuropsicologico general inferior al del VPA en pacientes con EGI en regimen de monoterapia. En determinadas areas cognitivas la ZNS puede aventajar al VPA. En casos seleccionados y en función de circunstancias individuales, estos hallazgos pueden apoyar su uso como terapia off-label en pacientes con EGI.