COMUNICACIÓN ORAL | 20 noviembre 2015, viernes | Hora: 15:30
AUTORES
Layos Romero, Almudena 1; Muñoz Escudero, Francisco 2; Rodriguez Peguero, Francisco Javier 2; Morales Casado, Maria Isabel 2; Almansa Castillo, Rosario 2; Perez Matos, Julio Alberto 2; Segundo Rodriguez, Jose Clemente 2; Lobato Casado, Paula 2; Marsal Alonso, Carlos 2
CENTROS
1. Servicio de Neurología. Hospital General Universitario de Albacete; 2. Servicio de Neurología. Hospital Virgen de la Salud
OBJETIVOS
Describir la sintomatología neurológica propia del consumo de cocaína, así como los datos epidemiológicos y hallazgos en técnicas de imagen en una serie de pacientes con consumo activo o diferido.
MATERIAL Y MÉTODOS
Análisis de una serie de seis casos de pacientes consumidores de cocaína con distintas manifestaciones neurológicas. El consumo se relacionó con la aparición de los síntomas en fase aguda, crónica o diferida. Se analizan los datos recogidos en la anamnesis, en especial la coexistencia de factores de riesgo cardiovascular (FRCV), análisis de sangre, tóxicos en orina y pruebas de imagen (resonancia magnética y arteriografía).
RESULTADOS
Se recogen las historias de seis varones entre 38 y 54 años consumidores de cocaína, bien actualmente (tres de ellos, con tóxicos en orina positivos) o en el pasado (tres de ellos). No otros FRCV coexistentes. Se observa sintomatología diversa: déficit neurológicos agudos en cuatro casos (pérdida de fuerza, alteración campimétrica, del lenguaje), crisis convulsiva en otro y un último de movimientos involuntarios de inicio agudo (distonía mioclónica). Se analizan alteraciones en pruebas de imagen, con cinco casos de patología cerebrovascular (ictus lacunar), de los cuales dos presentaron una arteriografía diagnóstica para vasculitis.
CONCLUSIONES
Las manifestaciones neurológicas del consumo de cocaína son múltiples, más frecuentemente secundarias a lesiones vasculares, agudas o crónicas. La vasculitis en arteriografía es típica, pero pueden aparecer también lesiones isquémicas aisladas, hemorragias intraparenquimatosas o subaracnoideas, tanto tras consumo agudo como por consumo crónico. Se han descrito cuadros convulsivos en fase aguda y trastornos del movimiento (estereotipias, discinesias, distonías, etc.).