COMUNICACIÓN ORAL | 15 noviembre 2016, martes | Hora: 18:00
AUTORES
Manso Calderón, Raquel 1; Sevillano García, Maria Dolores 2; Benito Sánchez, Jose Antonio 3
CENTROS
1. Servicio de Neurología. Complejo Asistencial Universitario de Salamanca; 2. Servicio de Neurología. Hospital Universitario de Salamanca; 3. Servicio: Psicología Clínica (Psiquiatría). Hospital Universitario de Salamanca
OBJETIVOS
Describir la prevalencia y los factores de riesgo de trastornos del apetito/conducta alimentaria en enfermedad de Alzheimer (EA).
MATERIAL Y MÉTODOS
Se reclutaron 173 sujetos con EA [criterios NIA-AA] en una Unidad de Demencias (edad de inicio 75,2 ± 6,7 años, duración 3,8 ± 2,0 años, 71,7% mujeres, MMSE 16,7 ± 6,1). El instrumento de evaluación de los trastornos del apetito/conducta alimentaria fue el ítem 12 del Neuropsychiatric Inventory (NPI).
RESULTADOS
En conjunto, los trastornos del apetito/conducta alimentaria se encontraron en un 44.5% de los participantes y en un 35.8% fueron clínicamente significativos (NPI 4 o más). Éstos se asociaron a depresión (p=0.042), apatía (p<0.0001), desinhibición (p=0.026), conducta motora anómala (p=0.047) y toma de antidepresivos (p=0.013). Un 30.6% experimentó pérdida de apetito (el 15% de ellos coexistente con disfagia), siendo ésta significativamente más frecuente en mujeres, sujetos con depresión, apatía o tratamiento antidepresivo. El 15.0% presentó aumento del apetito, cambio que era más frecuente en aquellos individuos con demencia más severa [CDR-3], desinhibición o mayor decremento MMSE/año. Un 6.9% tenía una conducta alimentaria inusual, como ponerse demasiada comida a la vez, que se relacionó con demencia más severa, alucinaciones, agitación, politerapia y rápida progresión. Otro 6.9% había sufrido un cambio en el tipo de alimento que le gustaba, como desear demasiados dulces, en los que ser viudo, desinhibición y conducta motora anómala fueron factores asociados.
CONCLUSIONES
La prevalencia de trastornos del apetito es elevada en EA, y los factores de riesgo difieren en función del tipo de trastorno del apetito/conducta alimentaria analizado.