COMUNICACIÓN ORAL | 16 noviembre 2016, miércoles | Hora: 08:00
AUTORES
Álvaro González, Luis Carlos
CENTROS
Servicio de Neurología. Hospital de Basurto
OBJETIVOS
La pintura barroca busca impactar al espectador con luz y contrastes, uso del color y modelos tomados del natural. La reproducción fiel de la realidad hace que sean visibles rasgos clínicos que perfilan, ya características sindrómicas y demográficas, ya carencias propias de la época. Describirlas es nuestro objetivo
MATERIAL Y MÉTODOS
Se han revisado pinturas barrocas del Museo del Prado y Bellas Artes de Bilbao y los catálogos de exposiciones en Madrid de Georges de La Tour (GT; 2016 ) y Ribera (1992). Se extraen las imágenes con interés neurológico y se interpretan a la luz de las características clínicas y del contexto social.
RESULTADOS
Hemos encontrado: 1- En GT: distonías focales y sindrome de Meige (“Riña de músicos “ y “Tocador de zanfonía con mosca”). Estos mismos cuadros han sido incluidos en la Historia de la fealdad de Umberto Eco por su valor histórico a esos efectos; patología carencial: pelagra en “ Comedores de guisantes” y anasarca en “Joven espulgándose”. Los años de estas pinturas coinciden con los de hambrunas por malas cosechas debidas a pequeñas glaciaciones. 2- En Ribera: Hemiparesia espástica en un niño (“Niño pobre”), dónde muestra los requerimientos de Nápoles para poder mendigar; un complejo trastorno endocrinológico transido de humanidad en “La mujer barbuda”: 3- En Juan Bautista Maíno: distonía cervical ( “San Ágabo”) y distrofia miotónica de Steinert ( “Retrato de un Caballero”).
CONCLUSIONES
El naturalismo que impregna la pintura barroca permite identificar diversos trastornos neurológicos que, interpretados en su contexto, poseen valor histórico.