COMUNICACIÓN ORAL | 18 noviembre 2022, viernes | Hora: 15:30
AUTORES
Álvarez Lafuente, Roberto 1; Lopez Lozano, Lorena 2; Domínguez Mozo, Maria Inmaculada 3; Pérez Pérez, Silvia 3; García Martínez, Maria Angel 3; Torrejon Martinez, Maria Jose 2; Arroyo González, Rafael 4
CENTROS
1. Grupo de Investigación de Factores Ambientales en Enfermedades Degenerativas. Hospital Clínico San Carlos; 2. Servicio: Análisis Clínicos. Hospital Clínico San Carlos; 3. Servicio: Investigación. Hospital Clínico San Carlos; 4. Servicio de Neurología. Hospital Universitario Quirónsalud Madrid
OBJETIVOS
1. Analizar prevalencia y niveles de anticuerpos frente a EBNA-1 y VCA del virus del Epstein-Barr (EBV) en pacientes de esclerosis múltiple (EM) y controles sanos (CS) y sus interacciones con otros factores ambientales y genéticos de riesgo. 2. Analizar relación entre evolución de los títulos de dichos anticuerpos y respuesta clínica a distintas terapias modificadoras de la enfermedad (TME) tras dos años de seguimiento.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se reclutaron 325 pacientes de EM (se recogieron muestras de suero 1-3 meses antes del comienzo del TME) y 295 CS. Para cada paciente además se recogieron muestras de suero 6, 12, 18 y 24 meses después de comenzadas las TME (interferón beta, acetato de glatiramero y natalizumab). Los títulos de EBNA-1 y VCA fueron analizados por ELISA; los niveles de vitamina D por inmunoensayo; la variante alélica DRB1*15:01 por tecnología TaqMan.
RESULTADOS
1. 97.8% (318/325) vs. 87.1% (257/295) positivos para EBNA-1 entre pacientes de EM y CS (p<0.0001; O.R.=6.7); 99.7% (324/325) vs. 94.6% (279/295) para VCA entre pacientes de EM y CS (p=0.0001; O.R.=18.6). Todos los pacientes de EM fueron positivos para EBNA-1 y/o VCA vs. 280/295 (94.9%) CS (p<0.0001). Tras la estratificación por otros factores de riesgo se mantuvieron las significaciones estadísticas. 2. No encontramos correlación estadística entre la variación de los títulos de EBNA-1 y VCA y la respuesta clínica para ninguno de los TME.
CONCLUSIONES
Estos resultados confirman que la EM raramente ocurre en ausencia de EBV. Sería interesante realizar en el futuro estudios similares con terapias dirigidas contra linfocitos B.