COMUNICACIÓN POSTER
AUTORES
Rodríguez Gascón, Diego; Fernández Sanz, Ariadna; Caldú Agud, Rocio; Sancho Saldaña, Agustin; Lambea Gil, Alvaro; Tejada Meza, Herbert Daniel
CENTROS
Servicio de Neurología. Hospital Universitario Miguel Servet
OBJETIVOS
Los trastornos oculomotores son un hallazgo frecuente en los infartos de territorio posterior. Repasamos la fisiopatología de la movilidad ocular y establecemos una relación clínicorradiológica mediante la revisión de nueve pacientes atendidos en un hospital terciario.
MATERIAL Y MÉTODOS
Revisamos la historia clínica de nueve pacientes atendidos entre mayo de 2016 y mayo de 2017, con trastorno de la motilidad ocular y diagnóstico de POCI en territorio vertebrobasilar demostrado mediante resonancia magnética (RM).
RESULTADOS
Se trata de nueve pacientes, con edades comprendidas entre los 22 y los 81 años, con edad media de 54 años. Seis pacientes presentaron limitación de los movimientos verticales en distinto grado, evidenciándose en todos ellos lesiones isquémicas en mesencéfalo o tálamo. Cinco pacientes presentaron alteraciones oculomotoras en el plano horizontal, y en tres de ellos se demostró infarto protuberancial. En un infarto talámico y otro mesencefálico se evidenció parálisis de la convergencia. Uno de los infartos talámicos se asoció a pseudoparesia del VI par bilateral. En dos infartos mesencefálicos hubo afectación pupilar. En dos casos se demostró etiología cardioembólica, mientras que el resto fueron de origen indeterminado. En seis de los nueve pacientes las alteraciones oculomotoras eran el signo principal en la exploración. Los otros tres presentaban focalidad de vías largas o asociación con otros pares craneales.
CONCLUSIONES
Las alteraciones oculomotoras aparecen frecuentemente como signo principal en infartos vertebrobasilares. Tienen un alto valor localizador, permitiendo establecer un diagnóstico topográfico con un correlato fisiopatológico y radiológico fiable.