COMUNICACIÓN POSTER
AUTORES
Parra Díaz, Paloma 1; Rodríguez Jorge, Fernando 2; Chico García, Juan Luis 2; Beltrán Corbellini, Alvaro 2; Sánchez Sánchez, Arantxa 2; Martínez Castrillo, Juan Carlos 2; Alonso Cánovas, Araceli 2; Lastras Fernández-Escandón, Clara 3
CENTROS
1. Servicio de Neurología. Hospital Ramón y Cajal. Hospital Ruber Internacional. Fundación Iniciativa para las Neurociencias.; 2. Servicio de Neurología. Hospital Ramón y Cajal; 3. Servicio de Neurología. Hospital Universitario La Paz
OBJETIVOS
Los trastornos de control de impulsos (TCI) constituyen un grupo de trastornos neuropsiquiátricos que aparecen frecuentemente en la Enfermedad de Parkinson (EP) en relación al tratamiento con agonistas dopaminérgicos. Este estudio analiza las diferencias en la prevalencia de distintos subtipos de TCI en función de influencias culturales de distintos países.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se realizó una revisión bibliográfica en Pubmed con los términos “Parkinson´s disease” and (“impulse control disorders” or “hypersexuality” or “pathological gambling” or “binge eating” or “compulsive shopping” or “differences in prevalence”).
RESULTADOS
Seleccionamos 15 estudios que incluían datos de prevalencia de los distintos subtipos de TCI en distintos países de Europa, América y Asia, con un total de 7761 pacientes. La prevalencia mundial más elevada de TCI fue España (39,1%). En América, la prevalencia fue máxima en EEUU (18,5%), mientras que en Asia, fue Japón (28%). La hipersexualidad fue más frecuente en Finlandia (22,8%) y España (12-23,8%), la compra compulsiva en Japón (10,8%) y Brasil (10,5%) y la ingesta compulsiva era más frecuente en Francia (14%). El juego patológico fue destacado en Japón (14%). La presencia de más de un TCI en un mismo paciente fue más frecuente en Corea (28,8%). Existe una tendencia a mayor frecuencia de TCI cuanto menor es la edad de inicio de la enfermedad.
CONCLUSIONES
Los TCI tienen importantes consecuencias negativas sobre la calidad de vida de los pacientes con EP. El análisis de la influencia cultural de estos trastornos puede ayudar a su detección y manejo. Son necesarios nuevos estudios prospectivos que confirmen estas diferencias.