COMUNICACIÓN POSTER
AUTORES
Escudero Martínez, Irene M 1; Mancha Molina, Fernando 2; Vega Salvatierra, Angela 2; Zapata , Montserrat 3; Ayuso , Irene 2; Ocete , Rafael F. 4; Algaba , Pilar 2; López Rueda, Antonio 5; Piñero , Pilar 6; Fajardo , Elena 6; Fernández Engo, Jose Roman 7; Galvao Carmona, Alejandro 8; Zapata Arriaza, Elena 4; Lebrato Hernández, Lucia 4; Pardo , Blanca 4; Cabezas , Juan Antonio 4; null, Alejandro 6; null, Francisco 4; Montaner , Joan 9
CENTROS
1. Servicio de Neurología. Hospital Universitari i Politècnic La Fe; 2. Servicio: Neurovascular. Instituto Biomedicina Sevilla; 3. Servicio de Neurología. Instituto Biomedicina Sevilla; 4. Servicio de Neurología. Complejo Hospitalario Regional Virgen del Rocío; 5. Servicio: Radiología. Hospital Clínic i Provincial de Barcelona; 6. Servicio: Radiología. Complejo Hospitalario Regional Virgen del Rocío; 7. Servicio: Sistemas Información. SAS; 8. Servicio: Psicología Experimental. Universidad Loyola; 9. Servicio de Neurología. Complejo Hospitalario Regional Virgen Macarena
OBJETIVOS
Los beneficios de la dieta mediterránea en cuanto a la prevención de eventos cardiovasculares son conocidos, habiéndose demostrado su eficacia como factor protector para estas enfermedades en prevención primaria y secundaria. Nuestro objetivo es analizar la composición de la dieta y evaluar si tiene relación con la presencia de infartos silentes (IS) en una muestra de pacientes con FA.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se identificaron pacientes ≥ 50 años con FA no valvular y puntuaciones 0-1 en escala CHADS2 a través de DIRAYA (plataforma informática del SAS) a los que se realizó RM Cráneo 3T. Se recogieron datos demográficos, clínicos y cuestionarios de dieta mediterránea PREDIMED.
RESULTADOS
Para el estudio de alimentación se incluyeron 93 pacientes con FA, de los cuáles 52 (55.9%) presentaron IS y 41 (44.1%) son controles pareados por edad y sexo. No hay diferencias significativas en cuánto a FRV. En cuanto a la composición de la dieta, los pacientes con IS presentan de forma significativa un mayor consumo de hidratos de carbono (304 vs 272 gramos/día, p=0.045) y una tendencia a mayor carga glucémica de alimentos (150.76 vs 130.22, p=0.084). De forma no significativa observamos un mayor consumo de kilocalorías totales, menor consumo de fibra total y procedente de frutas y verduras y mayor consumo de sal (Na+).
CONCLUSIONES
Los pacientes con FA e IS presentan de forma significativa un mayor consumo de hidratos de carbono en su dieta y de forma no significativa alimentos con mayor carga glucémica.