COMUNICACIÓN ORAL | 02 diciembre 2020, miércoles | Hora: 15:00
AUTORES
Chico García, Juan Luis 1; Gómez López, Ana 1; Rodríguez Jorge, Fernando 1; Sainz Amo, Raquel 1; Beltrán Corbellini, Alvaro 1; Parra Díaz, Paloma 1; Natera Villalba, Elena 1; Stiauren Fernández, Erik Sturla 1; Toledano Delgado, Rafael Carlos 1; Corral Corral, Inigo 1; López Sendón, Jose Luis 1; Parejo Carbonell, Beatriz 2; Martínez Ginés, Maria Luisa 3; Gil-Nágel Rein, Angel 4; Kurtis Urra, Monica 4; Carrasco Sayalero, Angela 5; García-Hoz Jiménez, Carlota 5; Pariente Rodríguez, Roberto 5; Buisán Catevilla, Francisco Javier 1
CENTROS
1. Servicio de Neurología. Hospital Ramón y Cajal; 2. Servicio de Neurología. Hospital Clínico San Carlos; 3. Servicio de Neurología. Hospital General Gregorio Marañón; 4. Servicio de Neurología. Hospital Ruber Internacional; 5. Servicio: Inmunología. Hospital Ramón y Cajal
OBJETIVOS
Los anticuerpos contra LGI-1 son la segunda causa más frecuente de encefalitis autoinmune (EA). Sin embargo, su pronóstico y tratamiento son bastante desconocidos.
MATERIAL Y MÉTODOS
Estudio retrospectivo multicéntrico de paciente con encefalitis antiLGI-1.
RESULTADOS
Se incluyeron 12 pacientes (7 varones, mediana de edad 73.5 años, rango 56-83). Todos los pacientes presentaron alteraciones cognitivas; 10 pacientes presentaron crisis epilépticas (8 presentaron crisis distónicas faciobraquiales, con una mediana de frecuencia de 60/día, rango 30-200). Siete pacientes tenían hiponatremia y 3 alteraciones en el LCR; 8 presentaron EEG patológico y 7 hiperintensidad de señal temporal en la RM. En 1 paciente se diagnosticó un cáncer de vejiga. Se realizó estudio de HLA DRB1*07:01 en 4 pacientes, presente en los 4. La mediana del tiempo al diagnóstico fue de 90 días (rango 1-1350). Ocho pacientes recibieron una terapia de primera línea (4 bolos de esteroides, 1 IVIG y 3 ambos) y 4 recibieron una inmunoterapia de segunda línea (3 micofenolato y 1 azatioprina). Ocho pacientes recibieron antiepilépticos, con mala respuesta y con 5 pacientes presentando efectos adversos. A los 3 meses tras el inicio del tratamiento, 8 pacientes eran independientes, 2 pacientes mantuvieron discapacidad funcional y 2 pacientes habían fallecido. Los pacientes con mala evolución presentaron retraso diagnóstico y terapéutico.
CONCLUSIONES
El reconocimiento temprano de la encefalitis antiLGI-1 es crucial dado que un tratamiento precoz puede mejorar el pronóstico. La inmunoterapia se presenta como el pilar del tratamiento, tanto para el curso de la enfermedad como para el control de las crisis.